A INÉS DÍAZ RENGEL

ELLA EN EL TIEMPO

AMOR QUE NO CESA

QUIERO

LA HIGUERA

En Córdoba por la Paz

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NARRANDO EN CÓRDOBA POR LA PAZ

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domingo, 20 de noviembre de 2011

domingo, 2 de octubre de 2011

VOLANDO ENTRE LAS NUBES


Un poema de Inés Mª Díaz

lunes, 18 de julio de 2011

A LA LUZ DE LAS ESTRELLAS


Subí hasta la cumbre de mis deseos
y me volví ermitaña.
Esperaba una lluvia de estrellas
que me alumbrara tantas horas vividas
en desconcierto.

Fijaba mis pupilas en el cielo
entregando mis pensamientos fragmentados,
para que él organizara el puzle
que emergía de ese mar
de ideas enfrentadas.

En ese devenir,
al descender, pude ver las imágenes más brillantes.
Arranqué del tiempo aquellas horas
que pudieron herirme,
y volví a ver la luz en días nublados,
y como estrella fugaz, todo lo oscuro.

Amanecí con el radiante albor de las mañanas,
y el esplendor de todos los momentos del día.

15/4/11 Inés Mª Díaz Rengel

viernes, 10 de junio de 2011

EXAMINANDO MIS POEMAS


¿Por qué perturbar mis noches de sosiego?
¿Por qué interrumpir el ritmo cadencioso de mi vida?
Aunque sola me veáis,
me acompaña mi esencia forjada día a día.

Sentí la soledad como la luna,
aunque esté rodeada de estrellas,
es inmensa la distancia,
como el deseo, no se ve,
se siente en el alma.
Ahora me sustenta.

Quería volar y tocar el cielo con mis manos,
pero siempre había
quién me hiciera trenzas en las alas.

No descifréis mis poemas,
unas veces serán sueños
y otras circunstancias,
sol o diluvios,
pero siempre existirán en mi universo.

Quiero ser acantilado de ilusiones,
y no ola que golpee mi agonía.

5/5/11 Inés Mª Díaz

domingo, 20 de marzo de 2011

ENCUENTRO VIRTUAL



Encuentro Virtual de poetas de Aires de Libertad, en Lima, (Perú)
Ha sido muy emocionante poder hablar con tantos amigos y a la vez narrar nuestros poemas. Ellos son de izquierda a derecha: Lilí, Rossana, Luilli Karmona, José Antonio, ¿?, Juan José, Norma, Adelaida, Inés Mª y Maricruz y Lucero, que en ese momento no estaban en pantalla.

domingo, 6 de marzo de 2011

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER











ELLA EN EL TIEMPO

Si pudiera,
colgaría en las paredes de su alma
los bocetos que con tanta gallardía
fue dibujando a lo largo de la historia,
logrando con muchas zancadillas,
la paridad.

Y como le pasa al trigo,
aunque lo cimbree el viento,
se sigue manteniendo erguida,
ofreciéndonos su recompensa.

Amanece para ella,
como el alba se despide de la noche,
deja atrás las miserias y desvelos.

Mujer:
Tu corazón es relicario
donde guardas el amor, la esperanza
y el deseo de alcanzar
la paz y la unión
del Universo.

Inés Mª Díaz

sábado, 8 de enero de 2011

AMALTEO


















Si de algo me olvidase, de eso no pude hacerlo. Siempre que me acordaba, tenía que reírme pensando en la historia que ella me contó:
Todos los días, cuando Marta se dirigía al colegio, cuya distancia desde su casa era algo considerable, tenía que pasar por delante de una finca, en donde se encontraba un carnero con unas enormes astas en espiral, atado a un árbol. A ella, algo traviesa, le gustaba acercarse al animal y citar diciéndole: ¡¡eh!! Amalteo ¡¡eh!! , nombre con el que ella le bautizó, acordándose de Amaltea, la cabra que crió con su leche a Zeus. El carnero le embestía hasta que se terminaba la cuerda y le frenaba en seco; eso lo repetía diariamente, hasta que un día, del mismo esfuerzo rompió su atadura; Marta corría como el rayo y el animal detrás, hasta que ella pudo encontrar una puerta abierta. Entró y la cerró rápidamente, dejando el perseguidor los cuernos marcados en la madera. Con la fuerza y la velocidad que llevaba se destrozó uno. Cuando ella pudo salir, vio que en el suelo había un pedazo de un astil, lo cogió, se lo llevó a su casa y lo guardó en una caja de zapatos. Ella pensó que podía ser su amuleto. Se acordó de la leyenda de la cornucopia, cuerno que partió Zeus a su cabra jugando, y para compensarla le concedió el poder de quién lo poseyera recibiría todo lo que deseara.
Pero cuál fue su sorpresa, cuando a los pocos días fue a mirar su talismán y al abrir la caja y ver lo que allí había, horrorizada dio un grito al descubrir que todo estaba invadido de larvas y gusanos. Aquí no se cumplió la fábula. Marta, que con su fantasía, creía que todas las leyendas de la mitología habían sido ciertas, se llevó una gran decepción. Ella, claro, no era Zeus.

Inés Mª Díaz